A poco más de un año de las elecciones provinciales y regionales, en Cajamarca, empiezan a aparecer, aunque tímidamente. algunas figuras ya conocidas en el ambiente político, que disputarán preferentemente la alcaldía provincial y la presidencia regional.
En el plano regional, el primero en alistarse para lo que será –según estima el pueblo- una competencia reñida, el representante del Movimiento Nueva Izquierda (MNI), Gregorio Santos Guerrero; profesor proveniente de las canteras de Patria Roja, quien perdió por escaso margen el cargo que de nuevo intenta ocupar, y enfrentará una vez más al hoy titular de la región, Jesús Coronel Salirrosas,
Santos, desde ese momento, emprendió un trabajo de hormiga, por todo el territorio cajamarquino, preferentemente en el sur, donde le fue ingrato el respaldo popular. Confía que su suerte cambiará, por este despliegue de energías y conservar su bastión que es Jaén y San Ignacio.
Cuando todo hacía pensar que cumpliría con su palabra de retornar a las aulas universitarias tras su paso por la presidencia regional, el líder de Fuerza Social, Coronel Salirrosas, sorprendió esta semana, al anunciar que ya no buscará una curul en el Congreso de la República, para prolongar su vida política, sino que intentará prolongar su estancia en su actual puesto, siempre y cuando cumpla con ejecutar el 70% de las obras prometidas.
Por ahí también aparece Felipe Pita Cerpa, hijo del ex presidente regional Felipe Pita Gastelumendi, disidente del APRA, buscando ampararse en la buena estrella, que siempre acompañó a su progenitor, bajo la sombra de un nuevo partido político.
También, por segunda vez consecutiva, Javier Bobadilla Leyva, agitando las banderas del Nacionalismo, perseguirá cumplir su sueño de instalarse en la sede regional, confiando en el arrastre de Ollanta Humala.
El candidato aprista primero tendrá que superar las competencias internas para conocer quien recupere la hegemonía en la región tradicionalmente afecta al partido de Víctor Raúl Haya de la Torre.
Rumbo a Palacio Municipal
Tradicionalmente las elecciones que concentran más expectativas, son las de la alcaldía provincial de Cajamarca.
Ahí, ha sido tanta la insistencia del actual burgomaestre Marco La Torre Sánchez, en anunciar que renuncia a cualquier reelección, que nadie le cree; porque íntimamente sus allegados comentan, que con la inauguración de sus grandes obras el próximo año, lo hará desistir de su promesa.
Esta semana, el ex congresista y alcalde, Luis Guerrero Figueroa, volvió a las primeras planas, al inaugurar el céntrico local del Frente Independiente Renovador (FIR), agrupación independiente que ganó la alcaldía en tres ocasiones, y la enorme concentración de la gente, lo estimula para recuperar terreno perdido.
No se queda atrás, Emilio Horna Pereyra, ex alcalde aprista, que se siente candidato natural y desde su actual cargo de jefe de Construyendo Perú, no ha perdido vigencia en sus electores.
Le saldrá al paso, su primo y fallido candidato acciopopulista, Javier Pereyra Díaz, quien ha sostenido en campaña constante para no perder vigencia desde que la mala fortuna lo quebrará como empresario minero.
Otro que no se resigna a quedarse en sus cuarteles de invierno es Francisco Arroyo Cobián, también ex alcalde de Cajamarca, presidente del CTAR y congresista fujimorista. El APRA, que lo vio nacer políticamente no le perdona esta traición.
Estos son por el momento los rostros conocidos y no se espera que surja en lo que falta para la lid electoral del 2010, figuras nuevas que sorprendan el vaticinio de los entendidos.
