El alcalde provincial de Cajamarca, Ramiro Bardales Vigo, confirmó esta mañana (ayer), un rumor creciente, al anunciar que un porcentaje de trabajadores de la municipalidad serán puestos en la calle, luego que los jefes de las áreas correspondientes los sometan a una breve evaluación y alcancen el listado definitivo.
Abordado por un numeroso grupo de periodistas en su despacho, Bardales, no tuvo más remedio –contra su voluntad- de admitir que efectivamente hace días dispuso el sinceramiento de la planilla de trabajadores que asfixian el presupuesto edil, viéndose obligado a tomar esta drástica decisión que es inmanejable.
Fuentes dignas de crédito revelaron a La República, que actualmente laboran en el municipio cajamarquino cerca de dos mil personas, de ellos 560 están bajo la modalidad de CAS, y muchos de ellos serían los primeros en salir.
“Tenemos un problema grave que viene de muchos años, porque hay gente que ingresa por proyectos y cuando se terminan estos ya no podemos seguir pagándoles, pero con el paso del tiempo adquieren derechos laborales, y vienen los juicios que ordenan su reposición; esto tenemos que enfrentarlo”, dijo el burgomaestre.
Casi el promediar el tercer mes de su gestión, Bardales, enfrentó su primer conflicto laboral, al despedir más de un centenar de ediles, y se vio presionado por la protesta de aquellos, a convocar un concurso.
Hoy, nuevamente enfrenta ese mismo trance, cuyo pronóstico es de carácter reservado y cualquier cosa podría pasar, cuando se conozca el resultado de la evaluación a los trabajadores municipales.
