Después de permanecer doce horas encerrado en la maletera de un taxi, un funcionario minero que había sido secuestrado alrededor de las tres de la madrugada, logró desatar sus amarras, abrir el seguro y tirarse al suelo en pleno centro de la ciudad.
Con las huellas evidentes en todo su cuerpo, propias del castigo al que fue sometido para obligarlo a dar las claves de sus tarjetas de ahorro, Sergio Gonzáles Núñez (34), trabajador de Foncreagro, institución ligada a minera Yanacocha, en el servicio de emergencia del Hospital Regional, adonde fue conducido por efectivos policiales, dijo a La República, que la noche anterior acudió al local “Gruta 100”, ambiente tranquilo para relajarse de una semana fatigosa.
Al salir para retirarse a su hogar, abordó un taxi estacionado en aquel lugar. Al llegar a la altura del jirón Cinco Esquinas, el taxista sobreparó para que suba su cómplice, y entre ambos lograron reducir al fornido funcionario, pues lo encañonaron.
“Durante toda la noche me estuvieron paseando obligándome a retirar dinero, no recuerdo cuanto, y posteriormente me metieron a la maletera completamente amarrado de pies y manos, y temí lo peor. Pero cuando sentí el bullicio de carros logré desamarrarme, abrir la puerta y tirarme a la calle”, recordó.
Gonzáles, tuvo suerte, pues aún cuando se golpeó fuertemente en el pavimento, estaba en la intersección de los céntricos jirones Del Comercio y Apurímac, donde una policía de tránsito y peatones, se percataron del hecho, dando parte en el acto al escuadrón de Emergencia.
El trabajador se recupera en la sala de reposo del Hospital Regional, después de recibir las primeras atenciones del médico de Turno, Miguel Gaytán.
