Los fuegos artificiales que iluminó por minutos el cielo cajamarquino que pretendía ponerle calor al mitin de cierre de campaña de la candidata presidencial de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, que celebraba su onomástico en Cajamarca, fue eclipsado al resultar herido un joven universitario a manos de la policía, simplemente por protestar a la que consideran el signo de la corrupción y muerte.
Esta capital que fue generosa en las urnas en la primera vuelta para Fujimori, y por tal motivo no tuvo mejor idea que compartir su alegría con el pueblo, le jugó una mala pasada; pues temprano -3.30 de la tarde- en la provincia de Bambamarca, adonde enrumbó presurosa apenas pisó esta tierra, fue recibida por un grupo numeroso adversos a su candidatura.
Ya entrada la noche y ante miles de curiosos atraídos por el espectáculo artístico que fue el imán que idearon los organizadores, y al son de música selvática, media docena de congresistas de diversas partes del país, empezaron a moverse con el contagiante ritmo, al que no puedo sustraerse Mark Villanella, esposo de Keiko.
Luego, en un discurso opaco que no logró encandilar a los presentes, Fujimori, como letanía, recitó sus propuestas que realiza en cuanta presentación pública, aparece.
Sin mayores argumentos de convencimiento, y ante un auditorio, que no respondía a sus deseos, cuando apenas había transcurrido poco más de media, con un ¡Gracias, Cajamarca! selló su presentación.
Luego vendrían los regalos por doquier, una enorme torta obsequiada por uno de sus parlamentarios, para retirarse sin menor expectativa, en tanto el gentío desfilaba a sus hogares.
Meten perdigones
Mucho antes que empiece la concentración popular en la Plaza Mayor, efectivos policiales cerraron el pase en las principales calles, para evitar una posible contramanifestación.
Sin embargo, en una las esquinas del centro histórico, ante un celoso cordón policial, universitarios con pancartas en las manos, empezaron a lanzar arengas contra Fujimori, responsabilizándolo de las atrocidades cometidas durante la dictadura de su padre.
En esas circunstancias, Ronald Bringas Rumay (22), estudiante del Tercer Ciclo de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Cajamarca, recibió una ráfaga de perdigones lanzadas por un efectivo policial, sin razón alguna. Fue trasladado a Emergencia del Hospital Regional, para recibir los primeros auxilios.
