domingo, 14 de febrero de 2010

Mar humano acompañó durante cuatro horas recorrido del Ño Carnavalón


Hasta el más escéptico hubiese imaginado que un verdadero “mar humano”, acompañaría el ingreso y recorrido del Ño Carnavalón, a lo largo de cuatro horas, por las principales avenidas de Cajamarca, desde el mediodía que arrancó el cortejo.
Cumpliendo religiosamente lo estipulado en el programa oficial del Carnaval 2010, en el punto de concentración ubicado en la salida a la costa, en el grifo Siguenza, desde muy temprano, manos hábiles daban los últimos retoques al rey de la alegría que en esta oportunidad estaba acompañado de su “esposa”.
Allí, también llegó un buen contingente de jóvenes policías recién egresados de la Escuela de Sub Oficiales, al igual que correctos uniformados del cuerpo del Serenazgo, a fin de brindar la seguridad y disciplina al desplazamiento.
Cuando el reloj marcaba exactamente las 11:00 de la mañana conforme lo programado, empezó el festejo al ponerse en marcha el gentío que escoltaba al rey momo.
A su paso, bajo un esplendoroso y tímido astro rey que se opacaba a ratos por las nubes que avizoraban una lluvia, desde las ventanas, azoteas y pórticos de las viviendas, empezaron a disparar globos y arrojar grandes cantidades de agua, que era bienvenido por los carnavaleros para sofocar el calor.
El lento recorrido del “cabezón” era motivo de celebración por todos los asistentes a este espectáculo sin igual, que rompió cualquier pronóstico, porque después de muchos años no se veía una multitud que entonando las consabidas coplas del carnaval, daban rienda suelta a su alegría, ordenadamente, sin protagonizar ningún escándalo que lo enturbiara.
Muchos años después, también, se dejó de lado el juego con aceite mojado, que era el terror de los turistas especialmente, por la incomodidad que representaba. Este año sólo se apeló al juego con agua y pintura, al que no se salvaron ni siquiera los custodios del orden.
Ausente
A pesar de ser consciente que esta era su última oportunidad de encabezar la entrada del Ño Carnavalón, el alcalde provincial de Cajamarca, Marco La Torre Sánchez, brilló por su ausencia, algo que no ocurrió con su digna esposa, a la sazón, presidenta del Patronato del Carnaval 2010, Kori Lezama, quien danzó, cantó y bebió, al compás de los acordes de la Banda de Músicos Municipal, desde el principio al final, demostrando estar en buena forma, al igual que el resto de los integrantes de la organización.
Al promediar las cuatro de la tarde el interminable desfile llegó hasta el estadio municipal, donde a los acordes de una orquesta lugareña, continuaría el frenesí hasta donde Dios, sólo sabe.
Hoy la fiesta prosigue con el Desfile de Patrullas y Comparsas, de vuelta después de varios años, al centro histórico de Cajamarca.