Cansados del avance de la delincuencia en esta capital, miles de ronderos campesinos y urbanos, se movilizaron por las principales calles de Cajamarca, dejando constancia que a partir de ahora empieza una guerra frontal, para erradicar este mal social, que amenaza con terminar con la escasa tranquilidad que hoy goza la ciudadanía.
Liderados, por Iván Vera Yépez, enemigo irreductible de los delincuentes, unas cinco mil personas en hileras interminables, portando pancartas y carteles, hacían notar su firme deseo de no ceder ante los enemigos públicos número uno de la población.
Niños, ancianos, y jóvenes se confundieron en una marcha, que además de ordenada, fue pacífica, cumplida por espacio de tres horas desde las once de la mañana.
En algún momento, el gentío se detuvo ante el frontis de la DIVINCRI, a unos pasos de la plaza de armas, reclamando que sean inflexibles cuando combatan a los pillos.
La exigencia de los presentes, tenía razón, que unos días atrás un pastor evangélico que había llevado su vehículo a un garaje para venderlo, desapareció, provocando la solidaridad del pueblo, que casi linchan al propietario del establecimiento. El paradero de Felipe Herrera Castrejón, es incierto hasta el momento, aunque se teme que en cualquier momento aparezca sin vida.
Los ronderos se vieron obligados a tomar esta decisión, ante la desidia de la PNP, que se ha visto envuelta últimamente en hechos de corrupción, como el robo de combustible, que el comando no se interesa en investigar, hecho que colmó la paciencia de la colectividad para tomar esta iniciativa.