Fiel a la tradición cristiana, el pueblo cajamarquino en estos días de recogimiento movidos por el espíritu de Semana Santa, como parte de su alimentación diaria prefirió toda clase de productos marinos, preferentemente pescados en sus diversas variedades, pero curiosamente a diferencia de otros años, el precio se mantuvo inalterable.
Contrariamente, los puestos de venta de carnes rojas en los mercados Central y San Sebastián, virtualmente se “hicieron humo”, y a falta de ella, las amas de casa buscaron afanosamente el pollo de gran aceptación popular, y otros plumíferos, como pato, gallinas y gallos.
Otro producto como la cotizada trucha, tuvo una gran demanda de los compradores que se disputaban el apetecible pez, que en cuestión de horas desapareció de los puestos de venta.
Pero quienes no tuvieron problemas con la adquisición de los productos del mar, fueron los dueños de restaurantes muy concurridos, como “Salas”, El Zarco, La Namorina, que privilegian en sus reconocidos platos, el sabroso cuy.
Por otro lado la Dirección Regional de Salud, por medio de la Dirección Ejecutiva de Promoción de la Salud, antes de las festividades lanzó recomendaciones a la población para que tomen sus precauciones al momento de adquirir sus diversos alimentos, teniendo en consideración que por estas fechas, inescrupulosos se aprovechan de la ingenuidad de la ciudadanía.