Antes de matarlo salvajemente, el Mayor PNP, Felipe Bazán Soler, habría sido sometido a increíbles torturas, su cadáver exhibido y paseado como trofeo de guerra, para finalmente ser arrojado a las turbulentas aguas de un río en la localidad de Bagua por los enardecidos nativos, en respuesta por la intervención de las fuerzas policiales, en el conflicto amazónico.
Así especulan familiares directos del oficial cajamarquino, que solicitaron guardar su nombre en reserva para no entorpecer las investigaciones y exigir que aparezca su cadáver, poniendo punto final a esta tragedia.
La misma fuente indicó que el padre del desaparecido Mayor, Felipe Bazán Caballero, un policía retirado, acompañado de su esposa Socorro, y otros parientes, anoche (ayer) se desplazaron hasta Bagua, para iniciar las indagaciones del caso, y descubrir la verdad de los hechos.
Según los comentarios, en pleno fragor de los enfrentamientos entre los policías y nativos que dejó un saldo doloroso de muertes cuyo número es contradictorio, Bazán, cayó como rehén, y después de tortúralo, lo exhibieron como una suerte de triunfo, despojándolo de su uniforme que se colocó un nativo, siendo arrojado a un rió desapareciendo sin dejar rastro, hasta el momento.
Los familiares tienen la firme esperanza de encontrar el cuerpo del oficial, terminando con las especulaciones oficiales que el cadáver está siendo velado en la provincia de Chimbote.
Felìpe Bazán, un joven Mayor PNP, trabajó hasta el año pasado en Cajamarca, como instructor de la Escuela de Suboficiales de la Policía, habiéndose ganado el respeto y estimación de los alumnos por su carácter severo e inflexible, trasmitiendo sus conocimientos e inculcando el amor a la institución y la patria a los cadetes.