El ímpetu de la juventud cajamarquina desbordó el celo que intentaron imponer desde un primer momento las autoridades para frenar la expresión popular, que acorde con la tradición este año mostró al Perú entero porque Cajamarca es considerada como la Capital del Carnaval Peruano.
Tal y como estaba previsto a la hora –mediodía- desde el llamado Óvalo Musical, empezó un lento cortejo de miles de carnavaleros que no querían perderse ningún minuto de esta expresión que cada año se vive singularmente en esta capital andina.
Propios y extraños, entre ellos un nutrido grupo de periodistas de los medios más influyentes a nivel nacional, como el diario La República, certificaron las bondades del homenaje al rey de la alegría que no tiene comparación en nuestro territorio.
Si algo distinguió este evento fue la correcta participación del pueblo atendiendo las recomendaciones del Patronato del Carnaval, comportándose a la altura de las circunstancias.
Acaso la predisposición de la seguridad y la invocación a través de los medios adecuados contribuyó para que el Rey Momo, luciera en todo su esplendor, como anticipando que estas fiestas del carnaval servirán para el despertar de un pueblo como Cajamarca, que brillará más allá de sus expectativas.
Hoy la fiebre del carnaval continuará con la espectacular presentación del Concurso de Patrullas y Comparsas, y al día siguiente el alborozo no tendrá competencia cuando desfilen las mejores galas del Gran Corso Carnavalesco.
