De buen talante, respetuoso, pero con firmeza, el sacerdote Marco Arana Zegarra, negó la posibilidad de abandonar el sacerdocio para ingresar a la política, como lo sugirió el Cardenal Juan Luis Cipriani. “No renunciaré a los hábitos, porque no me estoy aprovechando de ello”, ratificó.
Arana, atribuyó ese pedido, por la cerrada defensa de intereses económicos que representa (Cipriani), pues antes ya lo echó de la iglesia, “el tema de Tierra y Libertad, es un pretexto para que confirme su posición política en relación a intereses económicos que están manejando el país, detrás de las concesiones mineras, de los beneficiaros de la política económica neoliberal que encarna García y que tanto admira y aplaude, a pesar que la enseñanza de la iglesia a denunciado nítidamente la existencia de un capitalismo salvaje como llamaba Juan Pablo II y Benedicto XVI, él es defensor de los ricos y quien se pone de lado de la mayor redistribución de la riqueza, es blanco de sus discursos”.
Cipriani –insistió- es el Cardenal mas político que haya tenido la historia contemporánea del Perú, defensor de intereses privados, como lo vimos en su homilía de la misa Te Deum, y que ahora salga a pedir que deje los hábitos para ingresar a la política, habiendo dicho la semana pasada que todo ser humano es político, habiendo estado identificado con la política fujimorista, salga a afirmar como dice Rodrich, a mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, llama la atención esa incoherencia.
“Se salta la autoridad de un obispo, yo no dependo de Cipriani, sino de mi obispo, falta a la caridad y la humildad, me hubiera llamado, pero simplemente se dedica al ataque como lo acostumbra hacer”, subrayó.
Según Arana, existe una especie de persecución contra su persona, porque no es la primera vez que se dirige desde su tribuna radial, ahora busca el pretexto político y otras veces ha sido el tema de derechos humanos y ecológicos, ¿lo dice de cuenta propia o le han dicho que lo diga?.
Arana, se sintió fortalecido por la solidaridad de los sacerdotes, y porque el Obispo de Cajamarca, conoce cual es la responsabilidad que está asumiendo, “todavía no soy candidato, estoy ayudando a la unidad de los sectores democráticos del país, es una tarea que tiene instancias políticas pero vinculadas a mi labor pastoral, sólo cuando haya una candidatura oficialmente designada y aceptada, podría ocurrir que solicite un permiso de mis misiones sacerdotales, y hay dos posibles respuestas: que me concedan permiso de manera temporal o me suspendan en forma definitiva”.
Desairando la autoridad religiosa de Cipriani, expresó que fue designado como Cardenal por la Santa Sede; pero por sus actitudes intolerantes y soberbias, contrarias a una de diálogo, no ha sido electo presidente de la Conferencia Episcopal Peruana.
Ojala –solicitó- tuviese la misma audacia y valentía para salir a defender los derechos humanos y cuando se cometen injusticias, pero callarse frente a eso, el ser parte del círculo de besa manos del entorno presidencial, y luego salir a criticar un sacerdote que sólo defiende la justicia social, le resta autoridad.